Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
En 1945 Lucila Godoy Alcayaga recibió uno de los premios más prestigiosos de la literatura: El Nobel. La noticia hubiera seguido el ciclo de tantas otras: emoción por un par de semanas y después ni quién se acordara. Pero esta vez era diferente: era la primera vez que alguien de América Latina recibía este premio. Y además era una mujer.
Lucila nació en Vicuña, Chile. Una región que está en el noreste del país y que colinda con Argentina. Recibe el título de “Profesora del Estado” muchos años después de comenzar a ejercer esa profesión. Se lo otorgan por su experiencia y conocimientos empíricos, ya que jamás pisó la Universidad.
Lucila nació en Vicuña, Chile. Una región que está en el noreste del país y que colinda con Argentina. Recibe el título de “Profesora del Estado” muchos años después de comenzar a ejercer esa profesión. Se lo otorgan por su experiencia y conocimientos empíricos, ya que jamás pisó la Universidad.
Su primer reconocimiento es en 1914, en los Juegos Florales de Santiago de Chile. Irónico, es el año en que inicia la Primera Guerra Mundial. Y el Nobel, lo recibe en el año en el que termina la Segunda. Su seudónimo era una combinación de los nombres de Gabriele D’Annunzio (autor de “Francesca de Rimini”) y Frédéric Mistral (ganador del Nobel en 1904).
A ella debemos las bases de nuestro sistema educacional. Si, el de México. La invitó José Vasconcelos en 1922, debido a su reputación como profesora. Ese mismo año se publica en Estados Unidos (desde mi punto de vista) su mejor obra: Desolación. Habría de pasar un par de años para que esa obra tan espléndida tocara su país natal.
Y bueno, podría seguir relatando su vida, pero ésa la encuentran en Wikipedia, biografías.com o en el buscador de su preferencia. Yo de lo que quiero hablar es de su obra.
La poesía siempre me ha parecido una zona escabrosa. De esas que si no tienes talento mejor ni te metas. Para mí, este género literario no tiene medias tintas, o sientes el poema, o no. O logras transmitir, o no. Y en mi lista de poetas (se aceptan recomendaciones) esta mujer tiene un pedestal.
Uno puede tener el mejor día de su vida, de esos que crees que no se arruinan, y de repente toparte con su poema “La Mujer Estéril”, y compartir la tristeza que se refleja en él. O leer “Piececitos” y sentir como la indignación y la rabia nos inflaman el alma. O recordar toda nuestra vida amorosa a través de “Besos”. Sus temas son tan extensos, y el sentimiento reflejado en cada una de sus obras es tan profundo, que podemos leerlos una y otra y otra y otra y otra vez y jamás se agotan.
Tan grande ella. Sí, estoy hablando de Gabriela Mistral.
Completamente de acuerdo contigo Pau, la poesía es un género complicado, distinto...y adoro a Gabriela Mistral, sin duda alguna una de mis favoritas...tengo una lista corta porque al igual que tú, sigo buscando poesía que me llene :P Saludos
ResponderEliminarIgnoraba esa historia de Gabriela Mistral. En cuanto a la poesía, se me hace una pérdida de tiempo y algo suuuuper cursi. JAJAJA BROMA. Me uno al club de "los pocos poetas", sin embargo, siento que soy como un facilote, casi todo lo que me recomiendan de poesía termina encantandome, es un género que me sorprendió por su facilidad para cautivarme desde la primer línea.
ResponderEliminarChido post