Hace unas semanas estaba muy preocupada y nerviosa por asuntos escolares; tanto era mi estrés que ni dormir, leer o comer bien podía. Fue un miércoles por la noche que visitamos a mi abuelita, quien vive con uno de mis tíos, no sólo para verla sino para encontrarnos con mi tía que también estaría por allá y que me pudieran ayudar con la documentación que me hacía falta para aplicar a una beca.
Coincidentemente ese día fue el partido de fútbol de México vs Bosnia y Herzegovina (no, la entrada no es sobre este deporte) por lo cual obviamente la tele estaba prendida a todo volumen sintonizando el encuentro. Mientras nos ocupábamos con algunos asuntos de papeleo, mi tía y yo nos quejábamos amargamente de los servicios mexicanos, calificándolos como mediocres, poco útiles y flojos. Evidentemente el tema fue más allá y comenzamos a hablar de los comentarios del famoso programa de televisión británico ‘Top Gear’. Juro que esta entrada no pretende ser negativa ni nada por el estilo, simplemente son temas que por desgracia existen y que muchas veces son inevitables.
Al final de la reunión ya estábamos platicando sobre el ‘malinchismo’. Término tan afamado y por muchos odiado (para otros no tanto); y para los que no sepan a qué nos referimos con este término ahí va la definición de acuerdo a la Real Academia Española:
Malinchismo. (De Malinche, apodo de Marina, amante de Hernán Cortés).
1. m. Méx. Actitud de quien muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio.
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=malinchismo
¿Por qué será que muchas personas huimos de todo lo bonito que tenemos? En muchos sentidos, yo sé que es difícil no caer en comprar productos estadounidenses, chinos o taiwaneses- a veces porque son más baratos, a veces por moda- simplemente la línea es delgada entre comprar productos no mexicanos y detestar todo lo hecho en México.
Hace poco tuve la fortuna de visitar a mis abuelos paternos que viven en un pueblo de Guerrero. Ellos decidieron dejar todo lo de acá para irse a Ixcateopan de Cuauhtémoc pues ahí nació mi abuelito. Además de la invitación que les extiendo para que vayan y lo conozcan, les quiero contar algunas reflexiones en torno al tema que estamos tratando hoy.
Ahí, como en muchos pueblos de nuestro país, se tiene un interés y una dedicación a toda la cultura prehispánica que es tan importante para nosotros hasta el día de hoy. Dentro de esta dedicación intentan preservar sus costumbres y sus tradiciones, incluyendo mucho de lo nuevo que hay con la intención de que más personas las conozcan y les llame la atención, pues de otra forma, difícilmente lo hacen. Cuando uno va de visita podría parecer un pueblo como cualquier otro; mirándolo más a detalle en realidad no es un pueblo como muchos de los que tenemos en la República Mexicana. Es más bien del tipo de pueblos en los cuales la vibra mexicana está latente en cada casa, en cada artesanía, en cada persona; y es lo que encanta y por lo que a algunos se les llama: Pueblos Mágicos.
Hay días que me siento a pensar en cómo está nuestro pobre país, y entonces dejo de hacerlo porque seguramente acabaría deprimida. En lugar de eso prefiero ver todo lo bueno y lo bonito que tenemos, y de alguna manera exaltar eso que nos caracteriza y nos diferencia del mundo para empezar a hacer algo que cambie la situación en la que estamos. A veces cuesta trabajo recordar (o si te pasa como a mí, encontrar) tus raíces; pero no debemos olvidar que, así como dicen los libros de historia, entendiendo y respetando nuestras raíces podremos lograr mejorar esos errores que nos han marcado y que nos detienen para el progreso. Hay mil cosas que podemos hacer con toda la cultura y riqueza natural que tenemos ¿por qué entonces esperamos que alguien más nos traiga cosas para mejorar?
Alguna vez leí una frase de Dalí que decía "De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas." Es cierto, México es un país surreal en muchísimos sentidos (estoy segura que no es el único) pero eso lo hace mágico y distinto. Y en mi parecer esto no tiene nada que ver con política o economía. Va más allá: es la cultura, la comida, las lenguas indígenas, la bella música, las artesanías, las pirámides, los bailes regionales, las playas, las selvas….podría seguir, porque en verdad hay mucho por lo cual debemos estar orgullosos y no ser malinchistas. Si vas a comprar algo extranjero hazlo, pero no porque odies lo que producimos acá; si vas a vivir en el extranjero hazlo, porque en un futuro podrá traer algo bueno para tu país también. Finalmente tú también eres parte de la raíz de tus hijos o nietos ¿por qué privarlos de tanta riqueza?
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