“Questa è una storia semplice,
eppure non è facile raccontarla.”
Guido Orefice. La vita è bella.*
Siempre he creído que hay tres cosas que complementan a una persona: la literatura, la música y el cine; las tres juntas o por separado, no importa. En lo personal me encanta el cine, adoro ver películas que me hagan pensar, me gustan las películas históricas o simplemente aquellas que tengan un buen guión; no voy a mentir, también me gustan las películas palomeras que te hacen pasar un buen rato.
Me gusta mucho la complejidad del cine: encontrar una buena historia y adaptarla a un guión, encontrar a los actores perfectos para cada papel, proveer la atmósfera correcta mediante el maquillaje, vestuario, fotografía y escenarios; sin olvidar la música (una de mis partes favoritas) que logre generar más emociones que apoyen las escenas que estamos viendo en la pantalla. Para mí es como un pastel, tienes los ingredientes y lo único que falta es agregarlos poco a poco, no importa la manera en la que lo hagas siempre y cuando estén todos en una buena medida.
He visto muchas películas extranjeras (no hablo sólo de las estadounidenses) y pese a que no las puedo comparar, en gran medida por la diversidad de las técnicas cinematográficas y de los temas que podemos encontrar dependiendo del país, quizá sea por su simplicidad, tal vez sea por su idioma, sé que no siempre es por los temas que retratan pero mis favoritas casi siempre son francesas e italianas.
Podría hablarles de todas las buenas películas italianas que he visto y por qué son tan grandiosas para mi, pero yo creo que habrá tiempo suficiente para hacerlo. Hoy quiero hablar de Roberto Benigni. Creo que la mayoría lo conoce y si no sólo diré: La vida es bella. Película tan famosa y aclamada internacionalmente no puede ser ignorada.
Roberto Benigni es el actor principal en esta película así como también director y coescritor. Por supuesto, internacionalmente ‘dio el salto a la fama’ en 1997 ganando no sólo tres premios Óscar, sino también dos premios BAFTA, el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes y uno más por el sindicato de Actores, en donde se llevó premios dentro de las categorías: mejor película extranjera, mejor guión original, mejor banda sonora y mejor actor. Sin embargo, es importante recalcar que Roberto Benigni ya había incursionado en el cine italiano desde que tenía 25 años en 1977.
‘La vida es bella’ para mi es una excelente película que vale la pena ver, ya que traduce un tema crudo y difícil a una historia simple, donde el amor es una parte fundamental para llegar hasta el más frío de los corazones; esa es la magia de esta película y por la cual la mayoría de las películas italianas, como su cocina, brillan: su simplicidad y por su humor.
Benigni, para mi, es una persona extraordinaria no sólo por sus logros dentro del cine italiano, sino también por todo lo que ha buscado hacer como ciudadano influyente italiano. Debo de confesar que este hombre desde que lo vi en La vida es bella me encantó; me imaginé que sería de esas personas que de encontrártelas en la calle seguro te sonríen y te saludan amablemente. Ciertamente conozco muy poco de su cinematografía y de su vida como tal, pero no me he quedado con la duda y después de hablar con algunas personas y de investigar más, la imagen no ha cambiado para nada; creo que más bien esta imagen se fortaleció para convertirlo en un hito del cine italiano y en un ciudadano orgulloso de su nación.
En algunos de los comentarios que he podido leer, mencionan a Benigni como un típico italiano: sonriente, estruendoso, espontáneo, fiestero y relajado; esto sólo lo confirmé cuando muy amablemente me hicieron llegar el video en dónde gana un Óscar (más allá del discurso que dio, los invito a que vean la reacción de tan simpático personaje). Sorpresivamente en alguno de los videos que encontré sobre él, uno de los comentarios decía algo así como: Italia no es Berlusconi es Benigni; creo que también en Italia es bien querido como símbolo de una época y de un estilo único. Mi idea de que es un orgulloso italiano fue gracias a otro video que me hicieron favor de mandarme, en el cual con motivo de los 150 años de la unidad italiana Benigni asiste al Festival de Sanremo para explicar el himno italiano; para mi eso se traduce en ser un orgulloso italiano –más allá del fútbol y los autos- alguien que traduce sus acciones por medio del arte y de lo que mejor sabe hacer usando su liderazgo.
Al final, en mi percepción, el cine italiano es exquisito por su simpleza, por su humor, por sus mafias y sus bien sabidas historias de tórridos romances. Los invito a que descubran más de la cinematografía de este hombre italiano y que elaboren su propia imagen y opinión, mis recomendaciones son las siguientes: El tigre y la nieve, El monstruo y La voz de la luna (película dirigida por Fellini).
* “Esta es una historia simple pero no fácil de contar”
Guido Orefice. La vida es bella.
Bellissimo post, sorellina! Complimenti!
ResponderEliminarAhora tengo muchas ganas de ver La vita è bella (aunque se me quitan cuando recuerdo la temática y el desarrollo de la segunda mitad)
Deberíamos extender este tema otras 2 semanas, I LOVE IT. Me encantó tu post. Aprendí muchas cosas de Benigni hoy =D. Y creo que el fin veré LA VITA È BELLA por vigesimo segunda vez. Y claro, espero poder conseguir tus recomendaciones.
ResponderEliminarChidoguan =D
Ahhh la vida es bella... lloro.. lloro... Otra película que me ha hecho llorar... La amé!
ResponderEliminarY vi el video de you tube, y también lloré.
Pinche Italia, siempre me hace llorar!