Ese viernes, como todos los días de la semana, mi hermana entraba 30 minutos antes que yo, por lo que mi papá me llevaba con ellos y me dejaba temprano. Por suerte no era a la única a la que le pasaba. Llegué corriendo a ‘mi fila’ para dejar mi mochila y apartar mi lugar, mientras esperaba que se juntaran unas cuantas más para comenzar el juego matutino. Por desgracia, ese día sólo pudimos juntarnos 5 niñas, así que decidimos dejarlo para el recreo.
Sonó el timbre y todas corrimos por nuestras mochilas, platicando y bromeando sobre cualquier cosa que se nos ocurriera. Hasta que llegó la miss de español y me movió de lugar, claro… una vez más, teníamos que formarnos por estaturas, qué ingenua creer que esta vez sí podría estar con mis amigas. Escuchando el lejano ‘tomen distancia, 1,2…3’ le pregunté a mi amiga del grupo continuo si iría a entrenar básquet ese día por la tarde; me presumió su nuevo balón Wilson. ¡Me encantó! Pero claro, no podría suplantar mi balón favorito de los Toros de Chicago, rojo con negro; mismo que sólo llevaba en ocasiones especiales para entrenar. De todos modos, hoy no iría a entrenar porque era el cumpleaños de una amiga.
Avanzó mi grupo al ser el más callado y ordenado de los cuartos de primaria, ojalá que nos pongan estrellita en el tablero, pensé entrando al salón. Como es costumbre, los lugares están acomodados por número de lista y este año al menos me tocó con las niñas menos egoístas de la generación, ojalá me presten sus plumas de gel rosa y morada que tanto me gustan para mandar papelitos a mis amigas del otro lado del salón.
La miss comenzó hablando sobre la clase pública que tendremos y que sólo emociona a las que están en el cuadro de honor, claro para pelear el primer lugar en cálculo mental o en grammar; a mí sólo me emociona por Spelling Bee. Mientras yo muy ocupada saco punta a mi lápiz de Winnie Pooh y mis plumas negra y roja para poder tomar dictado en clase de Ciencias Naturales, rápidamente se escucha un sonido sordo que nos distrae a todas por unos segundos (si no fuera porque estamos acostumbradas en verdad que nos asustaría): un estuche más de Kitty que se cae de la banca, regando los colores por todo el pasillo.
Las primeras horas pasan como agua hasta que por fin todas nos alistamos con lonchera en mano para esperar al timbre que nos deje esos 30 minutos de libertad. Hasta que por fin todas corremos para apartar un lugar en la ‘cope’ y comprar una cachetada o un pulparindo; rápidamente me junto con las niñas con las que siempre juego en el recreo para comer un poco e ir haciendo equipos para el kick ball (Ojalá me dejen ser capitana y poder escoger a mis amigas). Veo algunas que se quedan a la mitad del ‘campo’ (que en realidad es la mitad de la cancha de básquet) jugando con sus hielocos o con sus tazos, como olvidé los míos mejor me dedico a jugar con la pelota.
Después de que los dos equipos están hechos, basta un simple ‘chin-cham-pú’ para decidir cuál patea primero y tras decidirlo todas corremos al ‘home’ para patear gritando ‘primis’; y como es obvio no todas podemos serlo se escucha el ‘qué poca, yo te dejé ayer’ o ‘¿me apartas lugar? Voy después de ti’.
Pffff…qué buen juego, lástima que se tenía que acabar. Suena el timbre y con él, los gritos de todas las niñas que corren a salvar su lonchera y buscar un lugar en la fila; a todas se nos hace tarde ¡es un caos! Se escucha la miss decir ‘voy a contar hasta tres’, entre empujones, alguna que otra estrellada, llego con los cachetes rojos y más despeinada de lo habitual a formarme.
Me gusta la clase de inglés, la miss es muy buena y nos deja leer muchas cosas y nos hace juegos. Aunque no me gusta tanto dictation porque habla muy rápido y nos regaña mucho cuando no ponemos las comas con pluma roja. La verdad, siendo viernes pongo poca atención, lo único que pienso es que saliendo me tengo que ir a cambiar rápido el uniforme para irme a comer a casa de Ale. Hoy no olvidé traer mi ‘dona’ para ponérmela en la mano derecha y obvio traje mi playera de Fey del concierto de la semana pasada; la única desgracia sería que no vería a los súper campeones, pero bueno el lunes me pongo al día.
Al final del día, todo salió increíble, aunque mis papás llegaron temprano por mí, me la pasé muy bien. Después de comer, estuvimos bailando y escuchando a las Spice Girls; jugamos un rato a las traes y cantamos las mañanitas con su debido pastel. Ojalá todas cumpliéramos años más seguido o el viernes llegara más rápido.
Un buen día acabó y probablemente no haga la tarea de Mate hasta el domingo, porque mañana hay Caritele y debo de ver Sailor Moon. Quién sabe si vayamos a algún lado, pero mientras… a descansar.
Nota: este fue un relato de mi vida de infante; si usted querido lector entendió o se acordó de algunas de estas cosas también vivió en los 90 y guarda bonitos recuerdos de esos años, aunque no precisamente de la misma forma que yo.
Sonó el timbre y todas corrimos por nuestras mochilas, platicando y bromeando sobre cualquier cosa que se nos ocurriera. Hasta que llegó la miss de español y me movió de lugar, claro… una vez más, teníamos que formarnos por estaturas, qué ingenua creer que esta vez sí podría estar con mis amigas. Escuchando el lejano ‘tomen distancia, 1,2…3’ le pregunté a mi amiga del grupo continuo si iría a entrenar básquet ese día por la tarde; me presumió su nuevo balón Wilson. ¡Me encantó! Pero claro, no podría suplantar mi balón favorito de los Toros de Chicago, rojo con negro; mismo que sólo llevaba en ocasiones especiales para entrenar. De todos modos, hoy no iría a entrenar porque era el cumpleaños de una amiga.
Avanzó mi grupo al ser el más callado y ordenado de los cuartos de primaria, ojalá que nos pongan estrellita en el tablero, pensé entrando al salón. Como es costumbre, los lugares están acomodados por número de lista y este año al menos me tocó con las niñas menos egoístas de la generación, ojalá me presten sus plumas de gel rosa y morada que tanto me gustan para mandar papelitos a mis amigas del otro lado del salón.
La miss comenzó hablando sobre la clase pública que tendremos y que sólo emociona a las que están en el cuadro de honor, claro para pelear el primer lugar en cálculo mental o en grammar; a mí sólo me emociona por Spelling Bee. Mientras yo muy ocupada saco punta a mi lápiz de Winnie Pooh y mis plumas negra y roja para poder tomar dictado en clase de Ciencias Naturales, rápidamente se escucha un sonido sordo que nos distrae a todas por unos segundos (si no fuera porque estamos acostumbradas en verdad que nos asustaría): un estuche más de Kitty que se cae de la banca, regando los colores por todo el pasillo.
Las primeras horas pasan como agua hasta que por fin todas nos alistamos con lonchera en mano para esperar al timbre que nos deje esos 30 minutos de libertad. Hasta que por fin todas corremos para apartar un lugar en la ‘cope’ y comprar una cachetada o un pulparindo; rápidamente me junto con las niñas con las que siempre juego en el recreo para comer un poco e ir haciendo equipos para el kick ball (Ojalá me dejen ser capitana y poder escoger a mis amigas). Veo algunas que se quedan a la mitad del ‘campo’ (que en realidad es la mitad de la cancha de básquet) jugando con sus hielocos o con sus tazos, como olvidé los míos mejor me dedico a jugar con la pelota.
Después de que los dos equipos están hechos, basta un simple ‘chin-cham-pú’ para decidir cuál patea primero y tras decidirlo todas corremos al ‘home’ para patear gritando ‘primis’; y como es obvio no todas podemos serlo se escucha el ‘qué poca, yo te dejé ayer’ o ‘¿me apartas lugar? Voy después de ti’.
Pffff…qué buen juego, lástima que se tenía que acabar. Suena el timbre y con él, los gritos de todas las niñas que corren a salvar su lonchera y buscar un lugar en la fila; a todas se nos hace tarde ¡es un caos! Se escucha la miss decir ‘voy a contar hasta tres’, entre empujones, alguna que otra estrellada, llego con los cachetes rojos y más despeinada de lo habitual a formarme.
Me gusta la clase de inglés, la miss es muy buena y nos deja leer muchas cosas y nos hace juegos. Aunque no me gusta tanto dictation porque habla muy rápido y nos regaña mucho cuando no ponemos las comas con pluma roja. La verdad, siendo viernes pongo poca atención, lo único que pienso es que saliendo me tengo que ir a cambiar rápido el uniforme para irme a comer a casa de Ale. Hoy no olvidé traer mi ‘dona’ para ponérmela en la mano derecha y obvio traje mi playera de Fey del concierto de la semana pasada; la única desgracia sería que no vería a los súper campeones, pero bueno el lunes me pongo al día.
Al final del día, todo salió increíble, aunque mis papás llegaron temprano por mí, me la pasé muy bien. Después de comer, estuvimos bailando y escuchando a las Spice Girls; jugamos un rato a las traes y cantamos las mañanitas con su debido pastel. Ojalá todas cumpliéramos años más seguido o el viernes llegara más rápido.
Un buen día acabó y probablemente no haga la tarea de Mate hasta el domingo, porque mañana hay Caritele y debo de ver Sailor Moon. Quién sabe si vayamos a algún lado, pero mientras… a descansar.
Nota: este fue un relato de mi vida de infante; si usted querido lector entendió o se acordó de algunas de estas cosas también vivió en los 90 y guarda bonitos recuerdos de esos años, aunque no precisamente de la misma forma que yo.
Ahhhh jajajajajaj Fey y la liga en la mano, ya no me acordaba! Yo adoraba Sailor Moon también! Que recuerdos, que recuerdos...
ResponderEliminarJajajaja totalmente que me sentí identificada Bex!! con tOdo!! excepto por el kick ball, nosotras jugábamos fut (no sé porq ya no me gusta jejeje)...
ResponderEliminarPfff!! Fey (que por cierto su disco fue MI primer disco jejeje), Sailor Moon (ese era el programa q yo no me podía perder), Los Súper Campeones, las Spice Girls...los tazos!! jajaja no ma!! me arrancaste una sonrisa y tuve q ahogar una risa para q no me dijeran nada aquí en la oficina jiji...
Saludos!!!
Paussisita
Sailor Moon!! Y los finales de viernes de los Supercampeones (igual y ese día ya entraba el balón a la portería). Muy bonito post n_n.
ResponderEliminarEste post es un epic of epic epicness!!!! Lo amé de principio a fin (en especial la parte en la que hago mi aparición estelar, jaja)
ResponderEliminarGracias por la marea de recuerdos increíbles. Soy muy feliz de haber estado ahí contigo y seguir aquí creando nuevos recuerdos para escribir dentro de algunos años en algún otro blog.
Jajajaa hasta no terminar el primer párrafo pensé por un momento que era un día de tu vida ACTUAL! Hasta que llegué a "lonchera", "fila", etc...
ResponderEliminarOh, aquellas épocas doradas...Bien!!!
snif snif, muy bonito post. Definitivamente los 90s fueron una época DORADA para todos nosotros, me hiciste sonreir mucho con tu post, well done mafriend =)
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