En lo que va del sexenio de Felipe Calderón más de cincuenta mil personas han fallecido a causa de la llamada Guerra contra el Narcotráfico. Me parece que esa es una verdad que no podemos, y sobre todo, no debemos ignorar. De los cincuenta mil más de mil trescientos han sido niños y jóvenes menores de 18 años. La Procuraduría General de la República y la Secretaría de la Defensa Nacional, reportaron en septiembre que hay 4 mil 44 niños vinculados con el crimen organizado. Es evidente que el Estado ha dejado vacíos en su cobertura o "manto protector" dejando a diferentes sectores de la población en las manos del crimen organizado. El problema del narcotráfico y sobretodo de la violencia en México, no es uno que se vaya a resolver con el enfrentamiento, armado, directo.
México y el fenómeno de los NINIs va mucho más allá de las implicaciones económicas. Mientras la sociedad y el gobiernos no ha sabido aprovechar el valor de los jóvenes mexicanos, parece que el narcotráfico, y crimen organizado en general, sí. Por eso podemos encontrar que, entre 25 mil y 30 mil adolescentes mexicanos participan en la llamada guerra contra el narcotráfico, según un informe de ONG´s entregado a la ONU el 31 de enero. También cabe mencionar que, según el documento "Infancia y conflicto armado en México", elaborado por la Red para los Derechos de la Infancia en México (Redir), el narcotráfico utiliza a los menores de 12 años como vigilantes o "halcones", mientras que a los de 12 a 15 años los emplea en el traslado de droga. Los de 16 años en adelante, alerta, ya empiezan a ser contratados como sicarios, mientras que a las niñas las emplean como empaquetadoras de droga.
Es una realidad que en nuestro país somos proclives a aceptar que algo existe pero mantenernos en nuestra zona de confort mientras no nos pase a nosotros. En este caso no lo podemos hacer. Es obvio que no podemos salir con armas y apoyar al ejército en su pelea, pero sí podemos exigir los cambios que necesitamos como sociedad. Podemos exigirle al gobierno que amplíe el espectro de su "lucha". Podemos convencerlos de que el enfrentamiento armado no es la única opción con la que cuentan. Deberíamos demostrarles que educando a las personas, reforzando el civismo y los valores también es una forma de luchar contra la violencia. Mayor solidaridad y una mayor cohesión social hacen falta en el México actual.
La gravedad del problema es más evidente en las cifras oficiales de decesos en Ciudad Juárez. La muerte de personas de entre 20 y 24 años de edad se incrementó 407 por ciento de 2007 a 2010, lo cual significa que se quintuplicaron los decesos de jóvenes en los primeros cuatro años de la guerra contra el narcotráfico. El rango de edad de 20 a 24 años es el más afectado por las masacres, seguido por el de 25 a 29 años con un aumento de 395 por ciento, y el de 30 a 34 con 347 por ciento. Quiero que se detengan un rato y reflexionen sobre lo que acaban de leer, es importante ver la dimensión del problema. No se puede aceptar el discurso "oficial" de que todos o la mayoría estaban relacionados con el narco y aún si lo estuvieran, sería importante que se pusieran a pensar en qué los orilló a esa posición. Como ya he dicho y seguiré diciendo no podemos cerrar los ojos y seguir como si nada, como en el tema de la semana pasada pregunto ¿qué tipo de generación queremos ser? ¿qué México queremos?
Los ciudadanos debemos estructurarnos, no es lo mismo apoyar desde tu casa movimientos como México SOS que involucrarse y participar de forma activa. Es importante que entendamos que está bien disfrutar del estado de bienestar en el que te encuentras y no querer mover nada para salir de el, pero no podemos olvidarnos de los demás, no podemos ser tan egoístas, no es tiempo para el egoísmo. Creo que debemos luchar por el derecho de otros para acceder y disfrutar de la "tranquilidad" y bienestar del que disfrutamos los más afortunados ¿no?
Sea cual sea la forma de "combatir" al narco, deberá estar complementada por educación, responsabilidad social y valores. Sin movimientos en esos frentes no se dará el cambio social necesario para empezar a estigmatizar y aislar al narcotráfico, así como disminuir la violencia.
Les dejo un poema de Martín Niemöller, de la segunda guerra mundial, que, guardando toda proporción, siento es vigente en el México de hoy.
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
No hay que cerrar los ojos y jamás hay que callar ante ninguna injusticia, venga de donde venga, porque podría llegar el día en el que nadie alce la voz por nosotros cuando lo necesitemos. Como todos los lunes, los invito a participar y dejas sus comentarios.
Twitter: CorvusPhil
Totalmente cierto, totalmente deprimente. La realidad de las y los jóvenes es de por sí invisibilizada por cuestiones políticas, ahora con la guerra vs el narco cobra mayor importancia, pues no solamente nos criminalizan, sino que nos culpan. El consumo, la demanda, la falta de ambiciones en la vida... ¿Nuestra culpa?
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