Los debates, perspectivas e ideas en torno a esta palabra son tan diversos y diferentes como la desinformación y desinterés que también le rondan. Moral, religioso, médico, de salud, feminista, demográfico, etc., etc., son algunos de los marcos generales bajo los cuales se configura esta noción, sin embargo pocas son las personas que logran reunir la capacidad profunda de informarse ampliamente antes de opinar. - ABORTO-.
Dentro del debate religioso y moral tradicional, la semilla fecundada es vida y su interrupción es pecado capital, mortal, impensable, digna de una mujer endemoniada, loca y poseída. Vida es también el óvulo y el espermatozoide y todo aquello que tenga procesos metabólicos para sobrevivir. Médicamente la interrupción del embarazo es cualquier acto que expulse el óvulo fecundado antes del parto natural, es decir, la cesárea es considerada técnicamente como un aborto. Sin embargo la vida de un sujeto de derecho autónomo, desde la medicina surge cuando se tiene actividad cerebro-cardiaco-pulmonar, y se muere cuando éstas 3 cesan. En materia de salud y demografía; Marianaya se ha explayado y defendido los puntos relevantes con respecto a estos dos temas.
En cuanto al feminismo, el aborto es un medio nodal de liberación y emancipación; el sistema patriarcal se apropia del cuerpo y mente de las mujeres dejándolas sin opción a elegir el destino de sí mismas para su propia vida. El cuerpo es el primer territorio político, pues todo lo personal y privado es político, y todo lo político es público. Para ellas es imperativo demostrar que los derechos de cualquier mujer no van por debajo ni a la par de un cigoto, blastocito, feto, etc., que no es sujeto de derecho.
Para mí, esta última postura del feminismo es clave, esencial y totalmente lógica. O al menos debería serlo, incluso para los no-feministas. El aborto es la interrupción del embarazo, la cual ha existido desde SIEMPRE (según estudiosos católicos e historiadores) y que casualmente la postura católica se ha ido endureciendo a lo largo del tiempo. La decisión de una mujer sobre su vida debería ser autónoma con respecto a TODOS los temas que le competan: qué carrera estudiar, si quiere o no comprometerse con alguna pareja y casarse, si desea tener descendencia, qué cantidad y con qué espacio entre cada una. Y la interrupción legal del embarazo ofrece este derecho intrínseco de una mujer.
El aborto es una política de estado que va ligado íntimamente con el ejercicio de otros derechos; educación sexual apropiada para cada edad, laica, científica y objetiva, acceso a anticonceptivos y servicios médicos especializados, pero principalmente con una transformación sustantiva cultural que sólo a través de un paquete comprehensivo educativo y de salud podrá dejarse atrás. Pues una realidad es que en Holanda, el país más permisivo del mundo en materia de aborto, es también el que aplica uno de los programas de educación sexual más integrales logrando bajar los índices de aborto.
Siempre un argumento fuerte en un debate que se torna moral-religioso a utilizar como una carta fuerte, un as es: Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), porque es eso, un derecho: el Derecho a Decidir. Y estas católicas son una organización no gubernamental internacional que pugna por una iglesia progresista, no-misógina, incluyente y congruente en diversos temas, el que nos compete hoy lo abordan con singular argumentación. Las leyes canónicas milenarias están abiertas al derecho a decidir. ¿Por qué en pleno 2012 nos seguimos oponiendo? ¿Por qué una política de estado es permeada por una iglesia que cada vez se hace más conservadora, autoritaria, machista y soez?
¿Qué pesa más: el derecho a la vida, desde la concepción, o el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos?
ResponderEliminarParece una pregunta dificilísima porque, en primer lugar está mal planteada, y porque estamos tratando de comparar dos cosas que no son equiparables.
Lo anterior sucede debido a que recurrimos y aceptamos una definición religiosa que dice que "la semilla fecundada es vida" ¡Gravísimo error! Debemos apelar al carácter laico de nuestro país donde no cabe tal definición por ningún lado.
Parece broma de mal gusto que a estas alturas se siga luchando por la plena ciudadanía de las mujeres que, en este caso, se traduce como el derecho que tienen ellas a decidir sobre sus cuerpos.
Ya como comentario final: la palabra "aborto" trae consigo muchísimas connotaciones negativas y demás posturas moralinas de 3 pesos, por lo que te sugeriría utilizaras otro término: interrupción voluntaria del embarazo. Igual y me veo exagerada, pero el segundo me parece más correcto c:
Catalina