Voy a ser honesta. No he viajado mucho por el país. Al menos no comparado con los otros autores de este blog. Si ya sé, es una vergüenza que me ande paseando por tierras franchutes y nunca haya puesto un pie en Palenque, por ejemplo.
El día de hoy voy a hablarles de un viaje que hice cuando tenía 15 años. (Ahórrense el uuuuuuu). El destino: Talpa de Allende.
La familia de mi mamá es muy creyente. Entiéndase que practican la religión católica con asiduidad. Misa cada domingo, participación en los festivales de la iglesia (un día me tocó ser la virgen María), todos los hijos casados por la iglesia y el prefijo “Si dios quiere” a cada plan a futuro que ibas a mencionar. Por ejemplo “‘Si dios quiere’ entraré a la universidad en el 2005”.
Yo crecí en ese ambiente, con una buena educación espiritual equilibrada por mi papá ateo y mi mamá religiosa (Sí, yo también me pregunto por qué se casaron). Dentro del ambiente familiar materno había un viaje que era objeto de culto y envidias. Si eras el elegido para acompañar a tus abuelitos ese año el ojo te temblaba porque era como un sueño hecho realidad. Los que iban siempre juraban que los había cambiado, hablaban maravillas, decían que Dios los había iluminado. Además siempre traían mi postre favorito: Dulce de Guayaba.
Y así, un año me tocó ser la elegida… y mi mamá y mis hermanos también lo fueron. El viaje era todo un rito. Salíamos a las 6 de la mañana con esperanzas de llegar alrededor de las 8 de la noche. Corrían rumores de que mucha gente moría en el camino, porque teníamos que pasar por carreteras que bordeaban las montañas, de esas que no dicen que hay un barranco a 5 cm de tu llanta. Uno se armaba con galletas, libros y demás provisiones. Pero sobretodo, con una BUENA chamarra. Porque en Talpa hace frío, mucho. Y para una costeñita como yo eso es algo exótico.
¡Ah! Olvidé decir que el viaje era colectivo… pero COLECTIVO de verdad. Uno de mis tíos trabajaba para una empresa de transportes, y él organizaba el viaje, los costos y los pagos. Entonces ya se imaginarán, un viaje con 40 personas que en su mayoría no conoces, y que creen que dios les hablará primero a ellas y a ti. ¡Pobres! Si supieran que tengo línea directa…
El día elegido partimos a la aventura. Una cosa me impresionó: la gente que hacía el viaje a pie. Por si no lo saben, Talpa es como el “Santiago de Compostela” del occidente del país. Hay miles de peregrinos cada año.
Partimos y sólo nos detuvimos a comer a mediodía unos ricos tacos de canasta y un cafecito de olla. Muchas horas más tarde llegamos a Talpa. Yo tenía la sensación de que dios me amaba, porque sólo así explico el hecho de que no haya vomitado durante tanta curva ni que el autobús se haya caído en uno de esos precipicios.
Mentiría si digo que me acuerdo de los detalles de la iglesia y el estilo de su construcción. Pero si recuerdo la CANTIDAD de papeles y fotos que inundaban la zona de “peticiones”. Desde el curado de cáncer hasta la señora que se pudo embarazar. De verdad no se imaginan la cantidad. También recuerdo la pelea por tomar un poco de agua bendita. Porque deben saber que es obligación de todo peregrino llenar cuantas botellas pueda de agua bendita de talpa. Y allá es más cotizada que las blusas con 70% de descuento en ZARA. Uno tiene que gritar ‘Lucifer’ para abrirse paso entre la gente. Mi mamá usó una de esas botellas para bendecir la penúltima casa en la que vivimos. Lástima que no funcionó para desaparecer a los demonios que tengo por hermanos (chiste fraternal, un saludo a David y Jorge).
Finalmente, y la mejor parte, regresé con TONELADAS de dulce de guayaba. Tuve mi stock para los siguientes 6 meses… Y esa fue la prueba más grande de que dios me ama. Él sabe que el amor entra por la barriga =).
jajajajajajaj repito Pau estás bien chistosaaaa!! No te perdono que olvides los detalles arquitectónicos de la Iglesia: estoy indignada!
ResponderEliminarpeor te perdoo porque Dios te amaaaaa! jajajajaj ...
Yo viajé a talpa durante 4 o 5 años consecutivos a CABALLO!!
ResponderEliminareran viajes de 4 dias montado en el pobre animal. Pero que divertida me daba, jaja.
Pero... ¿recomiendas a Talpa como destino? Y otra pregunta... ¿mi post también tiene que estar relacionado con Allende?
"Si eras el elegido para acompañar a tus abuelitos ese año el ojo te temblaba porque era como un sueño hecho realidad. " Jajajajajaja! Touché.
ResponderEliminarQue chida nota de viaje! Escribes re-cagado!
ResponderEliminarPauuuuu debo decirte que mis papás y tíos son de aquellas personas que han ido a Talpa CAMINANDO 2 veces!!! cuenta la leyenda q se duerme con alacranes, tus pies sufren de una inmensa tortura y que caminar el Espinazo del Diablo es muuuuuuy difícil jeje pero finalmente fue una buena experiencia.
ResponderEliminarLa verdad a mi me da curiosidad ir pero no creo que caminando, es muy extremo jeje
Saluditos, Mayra