¿Qué podría agregar yo a lo ya mencionado por Chris, Bex y Pau pero dejándole espacio a Leo? Pues debo contarles mi primera aproximación al cine mexicano, no sin antes contextualizarles un poco; mi madre ODIA el cine mexicano, mi padre AMA-ADORA-IDOLATRA el cine mexicano en su versión denunciatoria y antigua. Así pues la primer película mexicana que no fuera de la India María o en blanco y negro que vi fue la de “El bulto” …¡¡Oh mi dios!!! (SIC). A mis escasos 13-14 años me durmió, me pareció aburridísima, un desperdicio de cinta y tiempo que jamás podría recuperar.
Una década después volví a verla, ciertamente que la perspectiva se reajusta conforme uno va creciendo y madurando, esta vez me pareció vigente, interesante, asertiva, pero todavía aburridísima.
He de confesar que hasta hace un par de años era de los que encajonaban todo el cine mexicano en un solo género, que cuando iba al cine disertaba entre: terror, suspenso, comedia o cine mexicano, pues todas me parecían crudas, violentas, superrealistas, etc., todo lo que iba en contra de mi concepción de cine: entretenimiento. Sin embargo empezaron a diversificarse, extender sus alcances de géneros, exportar actores, directores, guiones, etc., y cobrar importancia al tener una mayor inversión, así como yo mismito fui madurando y exigiendo cine de mayor calidad y profundidad.
Ahora puedo decirles que disfruté Nicté (aún con todas sus incongruencias históricas y geográficas), KM 31, y aquella sobre una reunión de viejos amigos (que alguien me recuerde el nombre sí?). Así como las clásicas que cabían dentro de mi género –cine mexicano-, pero hemos de aceptar que éste está evolucionando, modernizándose, expandiéndose a tal grado que ahora es reconocible la diversidad de géneros que era lo que más peleaba yo, por otro lado es evidente la necesidad de mayor inversión, no para creaciones hollywoodenses, sino para mayor calidad en las películas, mayor creación de éstas mismas, para poder realmente elegir qué película mexicana ver y no limitarse por “la única que hay en cartelera” y por último, algo que he experimentado en Tabasco y es el apoyo por parte de los complejos, pues rara vez llegan por ser ‘poco rentables’.
Mis conocimientos del tema no van más allá del análisis somero de cada película, mis demandas, objeciones y reconocimientos, pero un orgullo ha crecido dentro de mí con respecto al cine mexicano, con la capacidad de recomendar películas a extranjeros. Y si bien es cierto que la tercia de reconocidos directores (Cuarón, Del Toro y Glz. Iñárritu) son mexicanos, así como la buena Hayek, Bernal, etc., la fabricación de películas 100% mexicanas hechas en territorio mexicano con capital mexicano (valga la redundancia) es poca, aunque en aumento.
Bien podría versar más en el asunto y ser más analítico-crítico, pero han de disculparme, sigo de vacaciones. ;)
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