“A más de 460 años de la Conquista, no se ha asimilado el triunfo de Cortés ni la derrota de Cuauhtémoc, y aún se sienten repercusiones de aquel sangriento atardecer en Tlatelolco. […] 90 por ciento de los mexicano son mestizos, en términos estrictamente étnicos, aunque como individuos sigan atrapados en las contradicciones de su ascendencia. Son tanto hijos de Cortés como de Cuauhtémoc, no son españoles ni indígenas, son mestizos, aunque no admiten su mestizaje. […] México busca interminablemente una identidad y oscila, […] entre lo antiguo y lo moderno, lo tradicional y lo de moda, lo indígena y lo español, lo oriental y lo occidental. La complejidad de México radica tanto en el enfrentamiento como en la fusión de estas raíces.” Alan Riding, Vecinos distantes.
Wikipedia nos dice que: El surrealismo es un movimiento artístico y literario surgido en Francia a partir del dadaísmo, en la década de los años 1920, en torno a la personalidad del poeta André Breton. Buscaba descubrir una verdad, con escrituras automáticas, sin correcciones racionales, utilizando imágenes para expresar sus emociones, pero que nunca seguían un razonamiento lógico.
¿En México cuando nos guía la lógica o la razón? Se reacciona en caliente fieles al dicho “más vale pedir perdón que pedir permiso”. Se tapan hoyos y deficiencias con lo primero que se encuentre, en lugar de buscar una solución más efectiva, óptima o permanente; siempre buscando heredarle el problema a alguien más.
Nos quejamos y descalificamos a los interesados y corruptos policías (no los bajamos de puercos), pero no reconocemos que somos parte importante del problema. Al no aceptar las multas y buscar zafarnos (en vez de asumir una responsabilidad y hacerle frente a las consecuencias de nuestras acciones) con la influencia de algún conocido o la “simple” y, deleznablemente, “común” mordida, hemos generado el ambiente de corrupción y ventajismo que predomina en las autoridades y trámites burocráticos a lo largo y ancho de la república.
André Breton encontró, en la cultura visual de México, la mezcla de los oprimidos y los opresores que representaba, a la perfección, la conjunción entre polaridades percibidas de la existencia humana que tanto anhelaba encontrar y reflejar con el movimiento surrealista. Nos catalagó como un país naturalmente surrealista.
“México, mal despertado de su pasado mitológico sigue evolucionando bajo la protección de Xochipilli, dios de las flores y de la poesía lírica, y de Coatlicue, diosa de la tierra y de la muerte violenta, […] Este poder de conciliación de la vida y la muerte es sin lugar a dudas el principal atractivo de que dispone México. A este respecto mantiene abierto un registro inagotable de sensaciones, desde las más benignas, hasta las más insidiosas.” André Breton.
Escribimos y hablamos sin pensar ni reflexionar en qué y cómo lo diremos. Por ello encontramos tantos casos chuscos como letreros con graves errores ortográficos o gramáticos y declaraciones lamentables de artistas, deportistas y funcionarios.
El último ejemplo de surrealismo en nuestro país es todo lo que desencadenó y provocó el aficionado que se metió a la cancha en la semifinal del fútbol de primera división disputada en Morelia. Un individuo entra al campo, intenta saludar a Gerardo Torrado (jugador y capitán del Cruz Azul), es agredido por Fausto Pinto y Christian Giménez (jugadores de Cruz Azul), después empujado por Federico Vilar (portero y capitán de Monarcas), sacado del estadio por elementos de seguridad del estadio (que tardaron muchísimo en llegar a el). Todo pudo ser un evento menor sin importancia, como tantos similares que ocurren en todo el mundo, pero la cosa no se quedó ahí y fue escalando.
Inició una pelea entre los dos equipos, desatada por el golpe que le da el preparador físico de Monarcas a Waldo Ponce (jugador de Cruz Azul), terminó el conflicto con un cabezazo de Corona (portero de Cruz Azul) al preparador físico de Monarcas. Hay múltiples castigados y suspendidos de cada equipo, desde los técnicos y parte del equipo técnico hasta los jugadores. Corona perdió su lugar como portero titular de la selección mexicana para la Copa de Oro de la Concacaf (ya ni siquiera es parte de la convocatoria). El aficionado que entró a la cancha sólo tuvo que pagar una fianza de 30 pesos para salir, en otras partes del mundo son de 24 a 72 horas en la cárcel y una multa considerable.
Hubo un mal manejo de las autoridades; poca, mal distribuida o mal organizada la seguridad en un estadio, del deporte más popular, de un país que sufre y sangra por la inseguridad; mal manejo de la Federación Mexicana de Fútbol, no reconocieron el problema y no hubo una reacción adecuada (no se castigó al estadio); por último se vio lo que todos sabemos, el duopolio de televisoras controlan el fútbol en México y se hace lo que ellos digan; siempre se busca que no se vaya en contra de sus intereses.
Una pequeña, ridícula y reprochable acción de un individuo, desencadenó mucho y dejó al país en evidencia en demasiadas áreas… México Surrealista.
“La mayor parte de los mexicanos meditan y filosofan, son discretos, evasivos y desconfiados; son orgullosos y vigilantes de las cuestiones de honor; se ven obligados a trabajar mucho, pero sueñan con una vida de holganza; son cálidos, ocurrentes y sentimentales y, en ocasiones, son violentos y crueles; son inmensamente creativos e imaginativos y, sin embargo, resulta imposible organizarlos porque en lo interno tienen ideas definidas y en lo externo son anárquicos.” Alan Riding, Vecinos Distantes
Somos una nación llena de contradicciones, nos caracteriza la fuerza de las personas y en ciertas ocasiones un gran nacionalismo, somos capaces de resistir y sobreponernos a grandes desastres y pésimos gobernantes; sin importar que nos hagan y cuantas veces no perdemos la habilidad de soñar e ilusionarnos; pero al mismo tiempo nos rodea un halo de derrotismo, conformismo, pesimismo, un gran amor a la fiesta que nos brinda mucha alegría pero pésimo cuando se trata de trabajar y rendir cuentas; respondemos de forma magnífica bajo presión pero somos incapaces de organizarnos y dar los mismos, o mejores, resultados antes de que tengamos el agua hasta el cuello; tenemos una gran creatividad y riqueza cultural pero la desechamos con un cínico malinchismo. Somos una nación orgullosa de los tesoros que posee pero irresponsable a la hora de cuidarlos y protegerlos. La unión es nuestra mayor fuerza pero permitimos que nos segreguen y manipulen para proteger los intereses de grupos (minoritarios) de poder e interés; el egoísmo y la envidia son el peor defecto de nuestra nación famosa por su calidez. Transpiramos surrealismo en las acciones del día; en nuestras preferencias, rituales, tradiciones; en nuestro rechazo, aceptación, asimilación y odio hacia Estados Unidos. Somos México, tan lejos de dios, tan cerca de… pues de nosotros mismos.
Ahora si "te volaste la barda". Que buen post, Excelente. Estoy muy de acuerdo.
ResponderEliminarPrecisamente estaba pensando que escribir que el surrealismo ya no es algo extraño, es más bien algo común, y al contrario, la vida real, es lo que ya es difícil encontrar.
Si!! Opino igual q Leo!!
ResponderEliminarTu post es ideal para ser el primero, totalmente explicativo, ilustrativo y un gran reto para mantener el nivel de esta semana...Bien!