“Pintura: Arte de combinar líneas, colores y composiciones en un papel, una tela, un muro, etc para producir una emoción estética en el espectador”. Diccionario del Español de México. El Colegio de México.
Al pensar en pintura nuestras mentes visualizan imágenes específicas de nuestras obras favoritas, o de pinturas muy conocidas. Tal vez pensamos en La Mona Lisa o en La Noche Estrellada de Van Gogh, pero ¿cuántas veces nos sentamos a pensar en qué son las pinturas y qué representan para nuestra cultura?
“Una cultura es el conjunto de historias que da cohesión a una sociedad. Entre ellas están también los relatos sobre los propios orígenes, esto es, la biografía de una sociedad (la descripción de su vida), que le dice lo que es.” (Dietrich Schwanitz)
Partiendo de esta definición de cultura, entiendo a la pintura como las imágenes que ilustran la biografía de la sociedad. Una biografía de lo que somos, como sociedad, debe abarcar todos los sentidos. No concibo entender qué somos sin poder experimentarlo de todas las formas posibles; debemos poder saborear, oler, tocar, ver y escuchar nuestra cultura, historia, biografía colectiva. Sólo así tendremos una imagen, un entendimiento completo de la cultura que hemos heredado y a la que le hemos aportado como sociedad.
El tema de la semana nos lleva a enfocarnos en una de las expresiones artísticas más antiguas de la humanidad. La pintura es una de las seis Bellas Artes (la escultura, arquitectura, danza, música y literatura son las otras cinco), cuyo uso ha pasado del práctico al estético. Si nos remontamos a la Edad Media (y de hecho todavía más atrás hasta las primeras pinturas realizadas por el hombre en cuevas) encontramos que la pintura realizaba el papel que actualmente desempeña la escritura. Las imágenes fueron utilizadas como los primeros medios de informar y comunicar, o mejor dicho narrar historias y transmitir experiencias y lecciones. Ya sea la historia de una cacería, la de una deidad o emperador; acompañada por texto o solas, las imágenes tenían una función de comunicación. La imagen se transformaba en texto y presentaba de forma simultánea acontecimientos ocurridos en diferentes momentos, un formato parecido al del cómic.
“La pintura es la gran pizarra de la historia” Francisco Umbral
Como sucede con la historia de la humanidad, el tiempo, la experimentación, la osadía de algunos y los cambios en las perspectivas de la vida y en la concepción del hombre en el mundo; fueron modificando la forma de utilizar, ver y expresarse con la pintura. En el renacimiento la pintura se liberó de su función, de texto, comunicativa y empezó la era de la visión, el espacio y la perspectiva. La imprenta y los libros liberaron a la pintura y aunado a la separación de los artistas de los temas religiosos, pudieron empezar a experimentar con la separación del espacio y el tiempo, dándole la importancia debida, en las obras, a la perspectiva del artista.
“La pintura ilustra un hecho demasiado frecuentemente ignorado por los historiadores.” Aldous Huxley
De la independencia de la mirada podemos dar un salto a las representaciones dramáticas, los cambios en las intenciones de luz y sus intensos y dramáticos resultados, a la “psicologización de la pintura” (Dietrich Schwanitz). La pintura, con el barroco, empezó a mostrar que el centro de su atención podía ser el movimiento y la expresión, los momentos intensos y dramáticos, en pocas palabras los sentimientos empezaron a ser el centro de atención de los artistas. Rembrandt es un claro ejemplo de un artista que empezó a experimentar con formas de exteriorizar la interioridad y profundad de las emociones, convirtiendo a las pinturas en estudios psicológicos. También se pasa de las escenas religiosas, los retratos, los paisajes y las pinturas históricas a las representaciones de actividades cotidianas. Estas pinturas se concentran en la intimidad entre las personas y las tareas que están realizando, dándole mayor impacto y contenido a la contemplación de un cuadro.
El siguiente paso en el viaje de la pintura fue la representación de acciones, que diferían de forma escandalosa del pasado inherentemente religioso que traían las pinturas, el rococó representaba y celebraba al erotismo, siempre rodeado de escenas campiranas y la frivolidad de las fiestas. El salto de lo erótico a la pintura política y de crítica social fue generado por el contexto, no debemos olvidar que la pintura es una pequeña ilustración de la biografía social, por lo tanto su contenido es afectado por diferentes eventos. En este caso las revoluciones impactaron a la pintura y provocaron que su atención se centrara en eventos y personajes de importancia histórica. También resultó en que los artistas volvieran a utilizar la pintura como un medio para transmitir un mensaje, como lo hizo Francisco de Goya en sus pinturas. Goya también fue de los primeros en romper con la representación de la realidad y empezar a retratar sus fantasías.
“Toda pintura es un hecho: las pinturas están cargadas con su propia presencia.” Andy Warhol
La naturaleza siempre ha sido un personaje principal en las pinturas, pero no es hasta el romanticismo que el paisaje se vuelve un género y se empieza a representar a la indómita naturaleza, disolviendo las infinitas formas que encontramos en colores. “Lo difuso se vuelve poético” (Dietrich Schwanitz). Empezamos a vislumbrar el sentir del artista ante lo que encuentra en la naturaleza, la pintura se vuelve el reflejo de su interpretación de su impresión.
El movimiento se convirtió en el gran tema a representar. La pintura se volvió caos y desorden de cerca pero movimiento estético de lejos. Eso fue el impresionismo, ese salto temerario en el que la imitación se dejó atrás, la representación exacta de la naturaleza ya no era suficiente, había que interpretarla, había que hacer del color el protagonista y de ahí saltar al protagonismo de las formas. Se abandonó a la estructura lineal de la pintura, se dejó atrás lo “estático” y se concentraron en los colores y las formas, les otorgaron vida y la vanguardia artística que nos llevó al arte moderno.
El principio rector de la pintura, en el arte moderno, es la observación de la observación. Estas pinturas nos muestran objetos pero también una forma de observar esos objetos. Esto nos genera una doble forma de observar las pinturas, la primera es la visualización inicial, la segunda viene después de un proceso reflexivo generado por el mensaje que tiene la pintura sobre sí misma. En el caso de la pintura el arte moderno es un arte reflexivo, que en sus reflexiones traen implícitas paradojas sobre el arte mismo o sobre la pintura misma.
“Describir una buena pintura es muy difícil. La técnica es sólo una parte, porque si no se sabe utilizar no es posible expresar nada con ella. Es en lo que expresas donde reside el arte. ¿Pero qué es lo que uno expresa? El arte es aquella cosa que no se da en la naturaleza. Yo sé lo que es el arte, y lo hago, pero no sé explicar lo que es. No hay fórmulas“. Carlos Cañas
Aquí concluye este pequeño recorrido a través de la pintura. Lo más importante es su opinión. ¿Cuáles son sus artistas favoritos? ¿Cuáles son sus pinturas favoritas? Les hago estas preguntas como una invitación a que opinen queridos lectores. Los dejo hasta el próximo lunes con el deseo de que se “sienten” aquí conmigo en este espacio virtual y platiquemos un rato de pintura.
Pueden encontrarme en Twitter: CorvusPhil o en Corvus Philosophus.
Libros consultados para este post:
-Schwanitz, D. (2011). La cultura: Todo lo que hay que saber. México, México: Taurus.
-Vázquez, A. S. (1972). Antología. Textos de estética y teoría del arte. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
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