"Uno no puede cambiar unos tacos por unas enchiladas así como así."
Laura Esquivel, Como agua para chocolate.
Uno de los mejores placeres del mundo, creo yo, es comer; y más cuando tienes un antojo terrible por algún platillo y logras saciarlo. En lo personal, me declaro fan de la comida mexicana (obvio tiene mucho que ver que nací aquí); pero también he tenido la oportunidad de conocer y probar diversos platillos del mundo y creo que, de haber nacido fuera, aún así me gustaría muchísimo la comida mexicana (aunque probablemente no comería tanto picante ni nada que pudiera causarme una ida al hospital ;)).
Debo de confesar que cocinando soy un desastre...y qué más quisiera yo que aprender a cocinar muchísimos platillos mexicanos (pozole, chiles en nogada, etc); eso si, para los postres pffff...me encanta cocinarlos, y creo yo soy buena. Podría hablar horas y horas de cada uno de los platillos que conforman la comida mexicana, y decirles cuáles son mis favoritos; sin embargo, esta vez sólo quiero escribir sobre la sazón y la variedad dentro de nuestra gastronomía. Sin embargo, algo que me encanta del país es que todo áquel ser que guste de cocinar, generalmente tiene una buena sazón, es ese toque especial para hacerte comer dos platos de mole con pollo o volver a comer el pozole.
Conozco personas (mexicanas obviamente) que no comen nada de picante, o que prefieren comer algo más sencillo como un sope en lugar de una tlayuda, o cosas por el estilo; sin embargo ninguna de ellas dice que no a unos tacos (cualquiera de sus presentaciones) o a una torta. Tenemos tanta variedad, para tantos gustos que hay, que la comida mexicana va de lo más sencillo a lo más complicado o de lo dulce a lo agrio, sino me creen vean que fácil se nos hace combinar sabores como en el mole. Ufff…es tan extenso hablar de comida mexicana, y es que es cierto, cada plato por región es distinto y rico, aprovechando cada uno de los elementos que se dan en esos lugares (como el cacao o los distintos tipos de picantes)…y es por ello que me gusta tanto la comida mexicana por toda la cantidad de sabores que nos muestra un sólo estado de la República, o por las variaciones de un mismo tipo de comida: un ejemplo común es el pozole, ya sea rojo o blanco.
Mi papá siempre dice que a él le da gusto ser mexicano, porque la comida japonesa y la china por más que coma a la hora ya le da hambre; en cambio con un plato de comida mexicana a la hora vuelve a comer, pero no de hambre sino del antojo y el placer de disfrutarla.
Como siempre, mi sugerencia sobre este tema es que cuando viajen por la República Mexicana prueben el plato típico del estado en el que estén o por el contrario si no viajan y no saben que comer en su andar diario, decidan ir a un lugar de comida mexicana; es algo de lo que nunca se van a arrepentir. También, para aquellos que no hayan leído ya ‘Como agua para chocolate’, se los recomiendo-independientemente de que sean cursis o no- ampliamente, para que vean la cocina mexicana desde un punto de vista diferente.
Sabes que? agregaré "como agua para chocolate" a mis libros por leer... gracias!! =)
ResponderEliminar"Me siento como buñuelo echado al aceite"... frase que definió mi sutación amorosa en el 2008... Buenísimo libro.. lo amo!
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