‘Cada cabeza es un mundo.’ Creo que no hay frase más cierta y que describa perfecto el pilar que se aprovecha al crear una ficción y más aún una ficción verdadera.
Así como lo dijo Chris, todas las historias son ficciones verdaderas; todo lo que podemos percibir a nuestro alrededor y que busca transmitir un mensaje es parte de ese mundo de ficción, que de una u otra forma se convierte en verdad o viceversa.
Al pie de toda ficción se encuentra la imaginación; y así como lo escribimos la semana pasada, el autor es el responsable de crear un juego en el que el receptor pueda entender e interpretar lo que sea que se busque contar. Se puede asumir que el autor de un libro, el compositor de una ópera o el pintor de un cuadro; de primera mano busca crear una pieza para su público y que esto al mismo tiempo pueda expresar un sentimiento o quizá contar una historia.
Es ahí cuando uno como espectador o lector se envuelve de la historia en la que puede ser una verdad convertida en ficción o de una manera más interesante la ficción tratada como verdad; de esta forma uno se puede hacer varias preguntas.
¿De cuántas formas podemos reescribir una historia? Por medio de una canción quizá, de un baile; tal vez la mejor forma sea un dibujo o un cuento que al final lo que menos haga sea contar tal cual es la realidad, sino que lo deje todo a la imaginación del lector y a su interpretación.
¿Qué elementos tenemos para poder leer la realidad de otro modo? Elementos que no concuerden con una escena cotidiana que estamos acostumbrados a ver; personas que llenen un vacío y que otorguen un agregado a la historia; y, en gran medida, el imaginario social que vamos creando día a día. Es ese imaginario, que vamos creando con las vivencias diarias y que compartimos sin querer hasta crear un término que sea común con las personas que nos rodean.
¿Para qué nos sirven las ficciones? En menor o en mayor medida, uno se vuelve parte de ellas y poco a poco vamos obteniendo muchas posibilidades de leer la realidad de otro modo, con más elementos y escenarios que quizá en un principio no lo imaginamos.
Todos contamos nuestras historias día a día, sin darnos cuenta envolvemos a nuestros escuchas en parte de ellas y poco a poco vamos creando mundos y personajes que si quisiéramos un día, podríamos convertirlos en un elemento más de una ficción jamás contada.
Así como la mayoría, yo también tengo mis ficciones verdaderas y las pueden encontrar aquí.
@labruja_cosmica
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