Eat, Pray, Love.
Elizabeth Gilbert
Aquella vez que escribimos sobre comida mexicana comenté que uno de los mejores placeres del mundo es comer. Quizá sea cierto eso que dicen las abuelitas: a los hombres se les conquista por el estómago; pero yo creo que no es único de los hombres, porque a mí también me pasa (quizá sea mi lado masculino jajaja).
Me gusta mucho comer y probar diferentes tipos de comida; es cierto, también soy melindrosa cuando me dicen que estoy a punto de comer corazones de pollo como alguna vez me pasó con una de mis mejores amigas en una comida en la embajada de Brasil; o tal vez decida no probar tacos de sesos o lengua o alguna otra parte del pobre animal porque no me gusta saber qué estoy comiendo en esos casos específicos. Tal vez esa sea la razón principal por la cual mis platillos favoritos sean parte de las comidas menos exóticas del mundo, como la italiana, la argentina o la japonesa (bueno quizá esta última si sea un poco exótica).
Cuando leí el libro al que hago referencia al principio de la entrada (Comer, rezar, amar), entendí que muchas veces, lo más simple es lo que más gusta o lo mejor que uno puede encontrar; y que debemos disfrutar cada uno de los platillos que tengamos la oportunidad de probar en alguna parte del mundo a la que vayamos. Lo cierto es que habiendo probado los platillos mexicanos y siendo fan de ellos, muchas veces resulta difícil acostumbrarte a la sazón de otro país (esto no significa que no sea buena, simplemente resulta distinto a nuestro paladar).
He tenido la oportunidad de viajar y conocer comidas extranjeras que las encontramos en México pero que no se acercan a lo que en realidad es, ya sea por sazón o por la manera tan simple de comerlas, ya que estando en México no tenemos las mismas costumbres como en Argentina por ejemplo. De la misma manera he tenido la oportunidad de probar comida japonesa cocinada por originarios del país que distan mucho de lo que comemos en algún Sushi o restaurante en México.
Ya sé que eventualmente siempre acabo hablando de Argentina o de Japón, y podría darles una lista muy larga de comida deliciosa con la que me he encontrado pero creo que eso puede ser para algún otro momento. En el tema anterior, ya que hablábamos de cosas religiosas, Yair dijo algo que es muy cierto, a él le llama la atención las religiones orientales quizá por el hecho de ser occidentales. Muchas veces nos llama la atención aquellas cosas que parecen lejanas o que nos cuesta trabajo entender, estoy segura que a la mayoría de los extranjeros no pueden concebir un platillo que tenga que ver con chocolate y chile.
Creo que si hiciera un capítulo de mi vida que hablara únicamente de la búsqueda del placer culinario, iría a probar comida Tailandesa o viajaría a la India a aprovechar la visita a un Ashram y de paso conocer un poco más sobre sus especialidades. Sí, ya sé que dije que soy melindrosa y que mis comidas preferidas no son exóticas; pero precisamente por eso quisiera probar algo distinto y que me permita conocer mejor un país o una sociedad.
Mientras recorría la lista de platillos e ingredientes típicos de la India, no sólo encontré reseñas sobre las muchas especias que usan, o los comentarios inevitables de decir que son ricos en vitaminas por contener muchas cosas saludables. Es ineludible pensar en el curry cuando se piensa en la comida proveniente de aquel país que parece tan lejano; sin embargo he podido leer que llenan sus platillos con una mezcla de vegetales y sabores dulces.
Por ejemplo el vada es una especie de dona hecha de lentejas o de papa que se sirven con sambar y que están acompañadas de una hoja de banana. El sambar me llamó la atención particularmente, ya que es un caldo elaborado con tamarindo y se mezcla con muchas especias y con coco rallado. La verdad cualquier cosa en exceso no me gusta, incluido el dulce, pero esta combinación me pareció interesante.
En general la comida india me parece sumamente interesante, pues es resultado de la mezcla de diversas culturas que históricamente han pasado por ese país. Inevitablemente no podemos separar la historia de nuestras vidas, y dentro de la comida no podemos hacer una excepción.
¿Será que sólo a mi me pasa el tener esa curiosidad por probar platillos exóticos como curry o un vada servido sobre una hoja de banana?
tu post me recordó un arroz con coco que probé en una de las islas de San Blas, en Panamá.... no mms delicioso =) estos temas sobre comida me ponen de buenas
ResponderEliminarme gusta tu post =)
Me encantó tu post, no sólo porque justifica nuestro paladar mexicano, sino que habla de la INDIA jaja...
ResponderEliminarY por eso también me encantan los programas de cocina de FOX LIFE (principalmente británicos: Nigella, Oliver's Twist, Bill's food, Delicious Miss Dahl) porque cuando preparan algo "exótico" lo hacen al estilo indio (por haber sido su colonia or whatevá)....
Ojalá pudiéramos conseguir algún trabajo que nos paguen por ir a comer alrededor del mundo.
Clap*clap